Cuando la palabra se vuelve arte, Mirtya Huizzi

Mirtya aparece como un ser de apariencia menuda; pero conforme se acerca… se desvela ante ti un ser de una energía y tamaño interior desbordante.

Con las manos llenas de un amor sincero y un corazón sangrante de positivismo, Mirtya ha sabido crear un mundo propio a través de la palabra, con forma de arte.

Texturas, gestos, trozos, colores… que hablan de emociones, de experiencias vividas, de dolor y ternura, de angustia y felicidad. La voz interior clamando salir a gritos; objetivo conseguido.

Pero no es fácil vislumbrar tal claridad sobre un papel. Hay que mirar, observar y escrutar minuciosamente, no solo la obra de Mirtya, sino, a un@ mism@, para poder aprehender las historias que nos narra Mirtya en sus libros de artista.

Hagan acopio de coraje y valentía y permítanse las dudas y los miedos, el viaje merece la pena, a pesar de todo.

¿Cómo acaba una Venezolana en Alicante?

Todo comienza con una historia.

Es increíble como una historia puede cambiar la vida de tantas personas.

Un viaje te lleva y te trae.

Vivir en otro lugar es una historia que tiene un origen. 

Cuando Venezuela fue rica y poderosa hace mucho tiempo, muchas personas se fueron de Europa a Latinoamérica. Allí hicieron vida y fortuna.

Luego esas historias se repiten al revés.

Es así la vida, una repetición de ida y vuelta.

Así mi hermana conoció a su esposo de Alicante y se casaron en Venezuela, se regresaron en el año 1996 a España.

Y así comenzó nuestra historia aquí y supongo que así será la de tantas vidas.

Una vez escuché la canción “Último tren” de Fernando Brand y Milton Nascimento, que habla un poco sobre ese ir y venir y el significado de esos momentos para quien los vive.

Grabado, Amalgama Gráfica, 2020

Y, ¿cómo acaba una licenciada en Bioanálisis dedicándose de lleno al arte?

Yo siempre he amado el arte y trabajando en mi profesión abrí espacios para dedicarme a cultivar y curiosear esa parte fundamental en mi vida.

La ciencia y el arte son dos disciplinas que se conectan y dialogan en mi interior.

Cómo dijo F. Nietzsche “Ver la ciencia bajo la óptica del artista, y el arte bajo la óptica de la vida”

Siento que fue y sigue siendo un gran sueño que se ha cumplido.

Y que siempre comparto, pues me siento muy agradecida y orgullosa de que haya sido así.

Una serie que trabajé en un principio y que amo profundamente tiene que ver con ese instante de mi vida tan importante “Se permite soñar”.

Tengo anécdotas hermosas sobre ese cerrar los ojos y soñar despierta.

Serie «Tagarina», grabado, 2018

Comienzas tu andadura en la práctica artística con la acuarela para después pasar al grabado, ¿cómo y por qué acabas dedicándote al libro de artista?, ¿cuál es su magia?

Sí, la acuarela la aprendí y estudié en Venezuela con Pedro Palamary, acuarelista y profesor de la Escuela de Arte.

Y cuando llegué a Alicante apareció Nando Chapín con su taller recién montado de grabado; fue una delicia aprender con él y de su desenfado en abordar el grabado, saltándose las reglas.

La vida siempre se encarga de acercarte a las cosas con las que sueñas y  que te apasionan.

Y es entonces cuando aparecen las personas.

El libro de artista comenzó como una necesidad de escribir.

Primero fueron los diarios de viaje, atrapar esos momentos deliciosos que surgen en los viajes y que luego se olvidan.

Los libros de artista son mi gran pasión, muchos de ellos son parte de mi vida pues están enlazados a circunstancias y acontecimientos, a emociones y sentimientos.

No como narrativa sino como historias entretejidas entre sus páginas que se insinúan entre texturas y colores.

La magia ocurre cuando aprendemos a hilvanar esas historias para recuperar y transformar esa memoria.

Y sólo surge cuando observar, curiosear y sentir lo que está en nuestro interior, se convierte en un hábito.

Hablando de libros, en tu obra utilizas mucho la palabra, ¿qué es lo que Mirtya necesita decir? ¿por qué el uso de la palabra?

La palabra es fundamental para mí, tiene un peso muy importante, creo profundamente en ella como detonante de lo que viene después.

La palabra como hilo conductor que despierta sensaciones y emociones.

Siendo sincera creo que mi mejor medio de comunicación es a través de la palabra.

De esa, la palabra escrita.

Serie «Diálogos alrededor del color», grabado, 2018

¿Se puede vivir del arte?

Se debería vivir del arte como cualquier otra profesión, lo que pasa es que no hay una cultura social artística.

Hay muchas contradicciones sobre ello.

¿Cuáles son las dificultades para dedicarse de lleno al arte?

Justamente el pensamiento tan arraigado que ya se ha convertido en creencia de que es imposible dedicarse de lleno a ello. 

No se le dedica el tiempo necesario al arte, pues está siempre relegado para después, para cuando haya tiempo.

Y el arte requiere dedicación y trabajo continuo. 

Como artista mujer ¿crees que lo tenemos algo más complicado para llegar a ciertas esferas en el mundo del arte?

Pienso que no deben existir etiquetas ni en el arte ni en ninguna profesión, sobre el rol femenino y masculino.

Para llegar a cualquier esfera de tu profesión tienes que trabajar e implicarte, el sexo es lo de menos.

Se hace y nada más.

Mirtya, tienes una sensibilidad y desprendes una energía bonita. A la hora de crear, ¿en qué crees que es positiva esta actitud?, ¿y en la vida?

La actitud positiva es fundamental para sortear todos los acontecimientos que ocurren a lo largo de nuestro camino.

Creo que la sensibilidad es una condición muy personal y la energía es la mirada que se desprende de esa misma sensibilidad.

Pienso que como somos adentro, somos afuera. 

Me parece muy importante la actitud  que tomemos en todo lo que hacemos y en nuestra vida en general.

No se trata  de ser o andar feliz todo el tiempo, ni que todo sea maravilloso, pero sí cambiar la mirada ante las circunstancias de lo que va sucediendo, y eso se aprende.

Collage, 2021

¿Crees que tras esta pandemia la gente es más bondadosa y generosa? ¿O más bien al contrario?

Yo creo que el confinamiento en esta pandemia nos llevó a pensar diferente en relación a las personas y a nosotros mismos. 

Por lo general, se vive sumergido en un ruido exterior que enmascara el interior.

Y este estar en casa nos enfrentó a nuestro propio ruido interior.

Aprendimos más sobre la empatía, la tolerancia, y eso quizá nos proporcionó de alguna manera muchos cambios personales.

Y sobre todo a apreciar lo que teníamos afuera y adentro, que no lo veíamos.

Llevas años impartiendo taller de creación de libros de artista y nuevas técnicas de impresión y grabado, ¿qué te aporta esta actividad?, ¿qué aire se respira en tus clases?,  ¿crees que el arte es algo innato que podemos desarrollar todas las personas? , ¿O más bien consideras que es un regalo con el que algunas personas vienen al mundo?

Desde el 2004 que llegué a Alicante hasta el 2014 me dediqué por entero al arte.

Entonces, sí se puede dedicar por entero al arte, pero bajo ciertas circunstancias.

Me dediqué a aprender, exposiciones, ferias...

Cuando me tocó empezar  con los talleres a partir de ese año 2014 fue por una circunstancia personal que me desequilibró totalmente.

Enseñar e impartir talleres lo viví como un caos en mi vida.

Aceptar y aprender de esa circunstancia me costó mucho, pues ocurrieron muchos cambios dentro de mi.

Y un día,  como por arte de magia, aprendí a aceptar y ver todo desde otra mirada y trabajar el  rechazo y la negación de lo que nos ocurre, como un acto de aprendizaje.

Fue cuando entendí el propósito de lo que nos sucede en la vida.

Ahora esos momentos de caos me aportan muchísima alegría y sobre todo enriquecimiento personal.

Creo profundamente que cuando a una persona le interesa el arte puede crear cosas maravillosas si se lo propone.

El talento se aprende.

Es obvio que existen algunas cosas que se nos dan mejor que otras.

Pero es lo que trato de transmitir en mis talleres, la fluidez de disfrutar el momento y no pensar en el resultado inmediato.

Todo requiere de un tiempo, el de aprendizaje; y luego ese otro tiempo de reflexión sobre lo que hacemos, que es sumamente importante.

Libros de artista, «La dureza de la roca y la fragilidad» y «Homenaje a Pablo Neruda», 2021

¿En qué proyectos anda ahora Mirtya?

Mi proyecto personal es seguir haciendo lo que hago, lo que me apasiona.

Comparto todo lo que voy investigando y experimentando en mis talleres.

Pero creo que con todo lo que nos ha pasado,  aprendimos que de un golpe todo lo que hemos programado se descompone y se desbarata.

Así que ahora mi proyecto, quizá, es un cambio más personal, he realizado cambios y seguiré haciendo más, supongo.

Vivir más cosas que había apartado de mi vida.

Fortalecer vínculos olvidados y vivir un poco más para mí, desde otra mirada.

Pero, sobre todo, aceptar todo lo que va llegando a nuestra vida de otra manera.

Mil gracias Mirtya!!

Las metáforas cotidianas de Patricia Diz

Patricia Diz te mira con esos ojos oscuros en los que, ya al primer golpe de vista, intuyes una inteligencia maravillosa. Posee un toque de timidez al principio que resuelve, poco más tarde, con una voz grave que habla con seguridad. Tras este inicio, Patricia es clara y sincera.

Su obra, al igual que ella misma, es inteligente, irónica, a veces mordaz, pero con una mirada absolutamente fiel a lo que ella es, sencilla y directa.

Pasen y vean, porque es un disfrute.

Tus primeros contactos con el mundo del “arte” son a través del teatro. Estudiaste en Granada en una escuela que preparaba personal técnico y artístico para teatro y acabaste como sastra en un teatro en Málaga. ¿Cuáles son los recuerdos que atesoras de todo ese aprendizaje y experiencias?

Tengo muchos recuerdos, porque fue una época muy intensa donde descubrí un mundo apasionante, y desde dentro, trabajando como técnica. Estuve tres años en Escénic@ estudiando vestuario teatral, caracterización y decoración de escenarios, y mientras estudiaba también hacía prácticas en distintos teatros y festivales, y asistía como público a un sinfín de espectáculos de todo tipo: danza, ópera, circo, teatro, etc, como parte de la formación de la escuela. ¡Un auténtico lujo! 

Uno de los recuerdos inolvidables siempre es la primera vez que trabajas en un espectáculo. Mi primera vez fue un verano como sastra en la ópera Edipo Rey, en el Palacio de Carlos V en la Alhambra, dentro del Festival de Música y Danza de Granada. Toda una experiencia. Y otro de los grandes regalos de todo este tiempo trabajando en el mundo de las artes escénicas fue el descubrimiento del lenguaje corporal a través de la danza contemporánea. Me impactó muchísimo y son los espectáculos que más suelo disfrutar y con los que más conecto.

De vez en cuando echo de menos la adrenalina de trabajar detrás del escenario formando parte de un equipo, y el subidón de sacar un espectáculo adelante entre todxs. 

De la mano de tu pareja, que es guía de montaña has viajado a India, Nepal, Turquía, Latinoamérica, Marrakech, Londres… ¿Serías capaz de decirme una palabra para cada una de esas estancias?, ¿Cómo artista, con cuál te quedarías?

El viaje siempre ha sido una constante en mi vida desde que me fui muy joven de Galicia, y con mi actual pareja he tenido la oportunidad de hacer viajes distintos que yo posiblemente no hubiera hecho, viajes de trekking a lugares como el Atlas en Marruecos o el Himalaya en Nepal.

Difícil una sola palabra para cada estancia, pero vamos allá: India: Sensorialidad / Nepal: Calma / Turquía: Intensidad / Latinoamérica: Grandiosidad / Marrakech: Belleza / Londres: Multiculturalidad

Como artista, a nivel creativo, lugares como Marrakech, resultan muy estimulantes por la diferencia cultural tan inmensa y por la singular belleza del lugar, y además tengo un vínculo especial con esta ciudad porque estuve un año viviendo allí.

Fin de vuelo, 2014

Finalmente acabas en Altea, donde en 2016 obtienes el Grado en Bellas Artes por la Facultad de Altea, aunque pasaste los últimos seis meses becada en México ¿qué diferencias en contraste entre ambos lugares y la manera de enseñar?

La primera diferencia, el horario, las clases empezaban a las siete de la mañana, una locura para mí que no soy mucho de madrugar. Como estuve en Mérida que está en el Caribe, el clima tropical determinaba totalmente la vida de la gente, y entonces la vida empezaba muy temprano con el fin de evitar el calor. El ritmo, debido a esto, era lento, sin prisas ni urgencias, y esto se notaba en las clases. Había mucha menos presión, ya que había una menor carga de trabajos. Y solíamos salir de la universidad con frecuencia a visitar expos o a hacer trabajos de fotografía, que fue una de las asignaturas que estuve cursando allí. También cursé asignaturas teóricas de museografía y arte contemporáneo, y tenía un profesor cubano muy crítico, sobre todo con cómo la historia había sido siempre contada desde un punto de vista occidental, desde el punto de vista del colonizador. Este cuestionamiento me resultó muy interesante, porque obviamente desde aquí no se plantea, ya que nosotros somos parte de ese colectivo que cuenta la historia.

En 2016 obtienes el Grado en Bellas Artes por la Facultad de Altea, ¿una palabra que defina esta etapa?

 Inmersión

Y poco después estuviste becada unos meses en un taller en Belfast, ¿otra palabra para esta experiencia?

 Conexión

Autorretratos, cianotipos, 2018

La primera exposición que realizas se tituló “Cortar y pegar”. Era una muestra de collages en la que decías lo siguiente:

Mi trabajo está basado en la búsqueda del equilibrio estético a través de la combinación de los recortes, de su forma, su color y su significado. No es sólo un trabajo compositivo sino también una manera de expresar la complejidad humana a través del simbolismo y la fragmentación.»

Agile-Fra, collage, 2021

¿Qué elementos podrían formar parte de la complejidad de Patricia Diz?

La curiosidad, la introspección, el continuo cuestionamiento, y la necesidad de profundizar e ir a la raíz de las cosas. De simplificar, de prescindir de todo lo superfluo y estéril. Trato de buscar la esencia en todo. El exceso me bloquea.

Hablas de equilibrio estético en tu obra, pero ¿cuándo consideras que ese equilibrio está justo donde debe estar?

Creo que fue Picasso quien decía que las obras no se acaban, sino que se abandonan. Pues supongo que cada artista sabe de manera intuitiva cuándo debe abandonar, yo por lo menos me fio completamente de mi intuición, aunque es cierto que esta intuición está amparada por años de continua formación artística y de creación personal, y de mucho consumo cultural. La mirada se va educando.

Murakami también dice, refiriéndose al proceso de escritura, que un texto está finalizado cuando ya no le puedes seguir quitando cosas. Interesante también este concepto de restar en el proceso de creación para dar por acabada la obra.

Actualmente podemos ver tus proyectos y series desde tu perfil de instagram @patrizia.diz. En la serie Todo tiene arreglo o no. Metáforas de la vida cotidiana, utilizas objetos de vajilla rotos que intentas recomponer, que amontonas, objetos domésticos, especialmente del espacio culinario, que introduces en medias, Experimentaciones textiles es otra serie en la que intervienes prendas de ropa para alterar su forma y aspecto. En Equilibrios domésticos, haces uso de tu propio cuerpo para realizar unas fotografías que reflexionan de manera crítica sobre el rol de la mujer en el espacio doméstico. El silencio, la soledad, la opresión, la sumisión… ¿Es el espacio doméstico una jaula para la mujer?

Para el ser humano en general. Todo lo que se domestica corre el riesgo, tarde o temprano, de engullirte. Obviamente para la mujer tiene un peso mucho más evidente y devastador, por su pasado histórico, donde el eterno femenino ha confinado a la mujer en el hogar, para ejercer su rol de madre y esposa. Actualmente, a pesar de que la mujer también trabaja fuera de casa, sigue siendo la que carga con la mayor parte del trabajo doméstico. El otro día leí una cita tremenda de Simone de Beauvoir relacionada con este tema que me ha dado mucho que pensar: Si amas tu prisión, te sentirás realizada en la vida. Desde luego es una frase para reflexionar profundamente desde una perspectiva de género, la casa…como prisión.

(Serie Equilibrios domésticos, 2017/2019)

Los objetos que usamos a diario y la vida cotidiana forman parte de tu quehacer artístico, ¿consideras que la creación artística debe alcanzar lo sublime y escapar de la terrenal cotidianeidad o por el contrario consideras que el artista debe considerar en su obra aquello más cercano y accesible?

Considero que es una cuestión totalmente personal. A mí me gusta crear con aquello con lo tengo un vínculo emocional o que forma parte de mi cotidianidad para hablar de aquello que me afecta. Me interesa transmitir ideas. Y me conmueve más lo terrenal porque tengo un contacto directo con ello.

Yo estoy interesada sobre todo en el arte conceptual, el que comunica algo, me remueve más cuando una obra me apela al intelecto y no solo a la parte emocional. Sólo el virtuosismo técnico que te lleva al éxtasis visual y emocional me deja bastante indiferente.                                                                

Por otra parte, pienso que el arte, como espacio de autoconocimiento, de expresión, de experimentación y de reflexión que es, tiene cabida para todo, y ése es su gran atractivo y su gran poder.

(Serie Todo tiene arreglo o no. Metáforas de la vida cotidiana, 2018/2019)

Martha Rosler en su pieza (vídeo) Semióticas de la cocina va mostrando, con semblante y actitud fría, uno a uno, diferentes objetos culinarios. Esta pieza se alza como una de las obras pioneras en el arte feminista de los años 60 en América.

Como artista, ¿crees que la creación debe considerar el compromiso social?

Pienso que el arte debe estar vinculado a su tiempo, y hoy en día, desde la práctica artística se puede reflexionar sobre nuestro contexto y plantear cuestiones sociales que nos afectan. El arte es una herramienta muy poderosa, ya que desde el ámbito artístico es lícito plantear cuestiones que sería impensable desde otros ámbitos.                     

Aunque lxs artistxs no somos propiamente educadores, es algo que se deriva de nuestra práctica. Creo que deberíamos ser conscientes de este poder, y utilizarlo con responsabilidad. Pero también pienso que, ante todo, la creación debe ser un espacio de libertad, y como tal, cada cual tiene que sentir la libertad de transitarlo como desee.  El compromiso, como punto de partida debe ser con unx mismx y con la manera de estar en el mundo y de crear, no por imposición.

¿Crees que existe un arte femenino?

No me gustan las etiquetas, siento que constriñen y limitan, y ésta además es muy peligrosa porque es otra jaula donde nos aíslan a las mujeres. SÍ, es cierto que las mujeres tenemos un pasado histórico común de servidumbre y de sumisión al hombre, de una educación dirigida a ser seres pasivos y complacientes para ser aceptadas y queridas, y esto genera de alguna manera lazos invisibles que nos unen, pero no creo que el arte tenga sexo. Me resisto a pensar en “arte femenino”, como nunca he pensado en “arte masculino”.

S/T, 2020

 ¿Y feminista?

Igual que no pienso que exista un arte femenino sí pienso que hay un arte feminista, ya que el feminismo es una posición ética que no tiene que ver con el sexo. Por supuesto que la casi totalidad de arte feminista está hecho por mujeres, ya que la discriminación entre sexos nos afecta directamente a nosotras de una manera negativa.               

El arte feminista es aquel que se empezó haciendo a finales de los 60, con la maravillosa pieza de Martha Rhosler que has nombrado anteriormente, y que ha seguido haciéndose desde entonces, ya que aún somos muchas las mujeres que seguimos sintiendo la desigualdad, las injusticias y las limitaciones que la sociedad nos sigue queriendo imponer por el único hecho de ser mujeres.

En la serie Equilibrios domésticos y en muchas de tus piezas fotográficas, observamos espacios abandonados, casas derruidas con paredes devoradas por raíces… ¿Cómo das con esos lugares con los que trabajas? ¿Crees que los espacios y objetos también poseen memoria?

Desde siempre me he sentido fuertemente atraída por los espacios abandonados, y por todo aquello que está gastado, marchito, viejo, descolorido…  por todo lo que tiene una huella. Esto es memoria. Esto es historia. Nos habla directamente de la temporalidad y la provisionalidad que todos habitamos. Es un continuo recuerdo de que la vida es pasajera; y conecto de una manera natural con esta fragilidad y transitoriedad.                                                                             

Luego, los espacios abandonados son espacios anárquicos, en constante mutación, donde nada es previsible, y esto resulta de lo más estimulante. Lugares “altamente creativos”, como les llamo yo. A nivel estético son una auténtica orgía para los sentidos, con infinidad de formas, texturas y colores de una gran diversidad, pura plasticidad visual. Yo piso un lugar abandonado y automáticamente me emociono.

Y hablando de memoria, tienes una pieza en la que intervienes una fotografía antigua de dos mujeres y una pieza que habla de una historia de amor en tiempos de Franco, ¿qué es lo que las mujeres deberíamos aprender y/o desaprender de esta memoria heredada?

Deberíamos superar toda esta carga histórica, comprender que el eterno femenino es una construcción social que discrimina a la mujer. Desaprender todos los comportamientos que planteaba como inmutables en la mujer: la pasividad, el cuidado, la modestia, la delicadeza, la solicitud, etc, y condenaba a la mujer a una posición subalterna y de dependencia del hombre. Pero esto no lo podremos hacer solas las mujeres, la responsabilidad y el compromiso debe darse en toda la sociedad para promover e instaurar el cambio hacia la igualdad de derechos y libertades entre sexos.

Los mandamientos del amor, 2015 y Ceguera heredada, 2015

Instalación, fotografía, grabado, collage, escultura… ¿tienes alguna disciplina fetiche?

Aunque me encanta crear con las manos y modificar objetos, deconstruirlos o trabajar a partir de fragmentos, quizás me quedaría con la fotografía, por su inmediatez y lo poco que se necesita para poder ejercerla, y hoy en día es la disciplina que más practico. Me interesa mucho su gran capacidad de conceptualizar la realidad. Y además como soy muy flâneusse, suelo perderme y vagar por nuevos lugares con frecuencia con mi cámara. Así es como encuentro esos lugares abandonados por los cuáles me preguntabas antes.

¿Próximos proyectos de Patricia?

Actualmente estoy muy centrada en la fotografía, salgo casi todos los días a tomar fotos en busca de esos lugares abandonados que nos hablan del paso del tiempo, la fugacidad y las ausencias. La verdad es que me estoy conociendo en profundidad la comunidad valenciana, ya que con esto del cierre perimetral no se puede salir. Al mismo tiempo estoy organizando mi archivo fotográfico de todos estos espacios abandonados para la próxima autopublicación de un fotolibro.

Mil gracias Patricia!!!

Para más info: @patriziadiz Y @patrizia.diz

Ese día, no es hoy

Te miré y me descubrí reflejada más allá del brillo de tus ojos.

Me miraste.

Me miraste, pero no me viste.

Te expliqué, de nuevo, o al menos lo intenté, porqué ese día tampoco podíamos salir a redescubrir esas calles por las que paseábamos un día tras otro, cogidos de la mano; me la cogías tan fuerte que tus dedos acababan marcados en la mía,  blanco sobre rojo, casi morado al final del trayecto.

Tu huella en mí…

Y entendiste el motivo de ese “no aire sobre tus párpados” diario pero, al día siguiente y al otro, y al otro, y al otro… me volverías a hacer la misma pregunta.

Te miro y me descubro reflejada más allá del brillo de tus ojos.

Me miras.

Me miras, pero no me ves.

Esta vez te narro la historia de un artista que, enamorado de la belleza, se dedicó a pintar.

Entonces, la palabra “pintar”, obra en ti su magia y ahora sí, me miras, y me ves.

Juego con ventaja y sé, cual hipnotizador, que si chasqueo bien mis dedos, volverás de tu ensueño. Pintar es tu, nuestra, palabra clave.

Y te cuento de esas, tus, acuarelas de paisajes áridos de Almería; de esos dibujos, de trazo casi único, de cada uno de tus viajes; de tus óleos de composición estudiada al milímetro que invaden la casa.

Entonces, como si quisieras despertar de tu propio letargo, me miras, me ves y me sonríes.

Y la habitación, se ilumina con tu gesto.

Por un momento me sonríes y, más allá del brillo de tus ojos, ya no sólo está mi reflejo. Estás tú, pleno, consciente, aquí y ahora.

Es un breve instante para mí, pero para ti ha pasado toda una vida, tu vida.

Pero es un instante y, de nuevo, te sumerge la ola de la desmemoria y tu horizonte adquiere ese efecto sfumato que difumina todos los contornos, esos que dibujan todo cuanto eres.

Te miraré y me descubriré reflejada más allá del brillo de tus ojos.

Me mirarás.

Me mirarás y me verás.

Y en ese breve momento, con toda la ternura de la que eres capaz, me volverás a apretar la mano y, sin siquiera mover los labios, te despedirás de mí.

 

Pero, ese día, ése, no es hoy.

Pasen, vean y disfruten… con Luis Frutos

Luis Frutos es un amante de lo bello.

Puedes tirarte, con un café, horas y horas hablando con él, con esa voz que atrapa, del último viaje que ha hecho, y te contará la maravilla de paisajes que ha visto con sumo detalle; de la exposición que vio el mes pasado, y hará que te enamores, sin verla, de la obra; del vino que cató anoche, y se deleitará en su color, aroma… y hará que te tengas que hacer con una botella para poder sentir lo mismo.

Pero es posible que no llegues a percibirlo porque, Luis, tiene ese don «disfrutón» y se recrea en la maravilla de saber gozar, ya sea con un horizonte infinito, los colores de un encendido atardecer o una reunión de amigos.

Su obra, repleta de texturas y de colores, es una mezcla de sensibilidad y raciocinio. Una capa que se sobrepone a otra, una veladura que desenmascara otra, un lijado que revela otro… Interiores de perfecta perspectiva, que traspiran una especie de misterio y figuras en movimiento que bailan, hacen malabares, se tocan, se miran, se retuercen.

Así que, pasen y vean…

¿Recuerdas la primera vez que cogiste un pincel?, ¿sensación?

Siempre me gustó dibujar. Recuerdo que mi primer dibujo se lo vendí a mi abuelo a los 10 años.

Cambiaste los libros de económicas por el lápiz y el pincel, ¿por qué este cambio?

Me matriculé en arquitectura, que era lo que más me gustaba, pero la muerte súbita de mi Padre, hizo cambiar todos mis planes. Tuve que compaginar la universidad, el trabajo y las clases de dibujo.
Fue mucho más tarde cuando me matriculé en el Círculo de Bellas Artes, comencé a dibujar con modelo al natural, realmente interesante, no sé si siguen.
Más tarde conocí al Pintor José García Herranz que me admitió en su estudio y comencé a pintar y aprender nuevas técnicas al óleo y mixtas. En su estudio permanecí cerca de dos años.
Luego, dejé Madrid y me fui a vivir a Cantabria, allí empezó la vida artística de verdad, chocando con la soledad del paisaje montañés.

bosque_encantado

Bosque encantado

Lavados, lijados, veladuras, más veladuras… acabados brillantes y perfectos, ¿cómo trabaja Luis?, ¿eres más de impulso o más de racionalizar?

Todas las técnicas son admisibles y por supuesto todos los trucos y atajos para lograr lo que quieres o intentas.

La composición en tu obra tiene una especial atención, ¿cómo empieza Luis a estructurarla?

Normalmente empiezo manchando la superficie de trabajo,lienzo,madera o papeles. Los colores van dando pequeñas soluciones al tema y en caso que no sea así puedes manchar mas o cambiar el motivo. Siempre hay una comunión entre la superficie y yo mismo.
Es realmente apasionante preguntar por la respuesta adecuada, no siempre se encuentra.
Como consecuencia de esto,en mis principios trabajé bastante los bodegones más o menos realistas, a continuación, y como vivía en Cantabria, mis temas se fueron acercando al mar,(fue excitante) pintar bodegones de atunes casi vivos.
 Con los años fui cambiando mis sensaciones y entrando en el mundo de la figura, de todo tipo, de foto, de revistas, del natural…

nocturnas

Nocturnas

 Y es donde estoy, buscando y buscando las mejores composiciones y encajes, siempre con las manchas previas que me ayudan para el resultado final.
Me es realmente difícil sino imposible, trabajar sobre una superficie totalmente limpia.
La pintura, y tú lo sabes bien, es mucho de sentimientos, sueños, sensaciones y muchas horas buscando el qué y cómo. Nunca sabes dónde puede estar la idea o algo que te ayude a completarla, pero todo está delante tuyo sin saberlo.

Admiro muchas cosas de ti, querido amigo, pero si algo me fascina es ver que has conseguido vivir del arte, cosa que pocos artistas hacen. ¿Por qué piensas que es tan difícil?, ¿lo ves más difícil, aún, en España que en otros países?

Vivir del arte es lo mejor que se puede hacer en esta vida (¡frase para enmarcar!). Lo difícil es poder hacerlo y, sobre todo, en esta sociedad tan materialista.
Una cosa importante que hice fue contactar con británicos, clientes, galeristas y algún amigo muy introducido en ese mercado.
Contratar con Bruton street Gallery , Mandell,s y Don Greer fue fenomenal.
Inglaterra para mí significó abrir la puerta a ese nuevo mercado y empezar a vivir del arte.
Aquí hubiera sido imposible. Te contaría muchas anécdotas súper curiosas, pero eso lo dejamos para otra vez y mejor bis a bis. (Y yo añado Luis -¡Y con una copa de vino!)

¿Cómo ves el mercado del arte?,¿consideras que hay mucha mediocridad?,¿Que es mundo lleno de tiburones oportunistas?

El mercado actual me parece que está bastante perdido, no sabemos exactamente dónde, cómo y cuándo ir a un sitio u otro.
Los potenciales clientes lo notan y no se atreven a gastar su dinero al tuntún.
Creo que hay un mercado potencial que tenemos que buscar, porque existe.

Háblame de tu pasión por Lita Cabellut

Doña LITA es mucha LITA, sinceramente leyendo un poco su vida ya contesta la pregunta.
Se fue de España buscando salida para su arte y lo encontró.
Sinceramente creo que es muy buena y tengo envidia sana de su arte, pero creo, y me gustaría decírselo personalmente, que está abusando un poco de su calidad y su fama.

Nómbrame tres amig@s artistas a los que admires

Hay un pintor cántabro que admiro y aprecio, se llama Faustino CUEVAS, no es muy famoso porque él ha querido seguir viviendo en su pueblo y no aceptar ofertas que no le parecieran interesantes. Y te enseñaré algo de él.

Desayunos con Bacon, Faustino Cuevas

«Desayunos con Bacon», Faustino Cuevas

También Antonio QUIRÓS, mayor cuando lo conocí, pero realmente maravilloso.

John KIKI es otro admirado y querido pintor, diferente a Cuevas, pero con una fuerza tremenda, discípulo de Freud, es inglés de padres chipriotas.

Tienes un grupo reducido al que das clases, ¿qué te aportan?

El grupito es de cinco alumnos, realmente somos amigos después de varios años juntos. Es curioso puesto que a veces pienso que me enseñan más a mí que yo a ellos.

¿Cómo llevas el confinamiento?, ¿echas de menos el estudio?…

Esto es lo peor, vivir en Altea  y tener que ver el mar en la distancia y por supuesto no poder salir, ver a los amigos, estar en el estudio, mal, muy mal.

Estoy dibujando bastante con bolis y lápices de colores, me lo paso bien dentro de esta situación tremenda. También los libros me están aportando tranquilidad.

¿Y qué lees?He terminado «Casas y tumbas» de Atxaga, me ha gustado mucho. Ahora he retomado «Un viejo que leía novelas de amor», de Sepúlveda y tengo preparado «Mundo del fin del mundo», también de Sepúlveda.

Es posible que, tras esta crisis, haya que replantear la manera en la que se han estado mostrando las exposiciones en los museos. Será difícil que se vuelvan a dar esas exposiciones de masas enfocadas, sobretodo, en su rendimiento económico, ¿cómo consideras que los museos y las instituciones artísticas deben afrontar este nuevo reto?

Este último tema es el más peliagudo, quién sabe lo que va a pasar. Seguro que todo va a ser distinto pero en qué forma…
El tema arte será complicado, como decía antes, los clientes con dinero quieren comprar pero no saben qué ni a quién, me refiero a nuestro niveles.
Yo voy a tratar de hacer menos pero mejor o, al menos, intentarlo, no quiero dejar un legado que no interese ni al potito.
Del tema económico mejor no hablar, pero debes saber que de todas las crisis siempre hay gente que saca provecho y esos son los clientes de mañana. Lo que hay que saber
es qué ladino intermediario les vende tal o cual cosa.
Bueno, seamos optimistas y pensemos que esto pasará y vendrán tiempos mejores. SEGURO

¡Mil gracias Luis!

 

Sólo quien sueña aprende a volar… con Perceval Graells

Perceval Graells te recibe con una sonrisa clara, sincera y, al principio, pero sólo al principio, algo tímida.

Pero Perceval Graells también te sonríe, y esto es más especial si cabe, con la mirada. Una mirada con un brillo constante, inteligente y que desborda curiosidad. Una curiosidad que haría parada en cualquier universo posible; la arqueología, la cultura oriental, el agujero negro central de la Vía Láctea o un nuevo curso de cerámica…

Ávida de conocimiento Perceval Graells ha viajado y lo sigue haciendo en busca de esa sabiduría universal, casi ancestral, que le haga crecer cada día tanto a nivel personal como pictórico.

Pero Perceval Graells ya es grande y para verlo sólo hay que ponerse frente a alguna de sus obras para que su luz y su energía nos golpeen de lleno.

Manchas, gestos, trazos cargados de sensibilidad.

Ritmo, cadencia, equilibrio que impactan en la retina y se te meten dentro.

Con sus obras, a lo Peter Pan y Wendy, te lleva de la mano a sobrevolar todo lo que ella es. Porque si algo es su pintura, es simplemente, y afortunadamente, Perceval Graells.

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Actualmente estás exponiendo en Aigües, en la Galería “Art casa azul” junto con el escultor Hans Some y no es la primera vez que exponéis juntos, ¿cuál es la afinidad  que tenéis que hace que armonice escultura y pintura?

Hans Some y yo nos conocimos en un evento expositivo hace ya unos cuantos años y con el paso del tiempo fuimos viendo que nuestras piezas podían dialogar bastante bien juntas porque ambas tienen ritmo y gesto. Son abstractas y asimétricas.

El paso de la pintura realista a la abstracta requiere de una libertad y seguridad difícil de conseguir, ¿cuándo empiezas a sentirte libre de la pintura realista para dar el salto al gesto libre de la abstracción?

Yo venía de la pintura academicista y me gustaba mucho ponerme a dibujar cualquier objeto que viese pero cuando entraba a los museos y veía obras de Antoni Tàpies, Franz Kline… cada vez me atraían más y quería llegar a hacer algo así, que sin ser figurativo transmitiese tanto. Así que me puse a ello. Al principio no fue fácil romper con todo lo que había aprendido y me salía un trazo muy recto y pensado.

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¿De dónde le sale a Perceval Graells ese gesto pictórico necesario para la abstracción?, ¿es algo mecánico?, ¿es más intuitivo?, ¿es ambas cosas?

Sale de las ganas de expresar y con el tiempo ha llegado a ser más intuitivo. Me dejo llevar por lo que voy sintiendo y pensando. Los colores dependen de cómo me encuentre ese día. Es verdad que hay veces que se queda una imagen grabada en la retina y quieres pintarla pero se va moldeando. No me gusta pintar de bocetos porque en este tipo de pintura no se puede trasladar la inmediatez del trazo de un papel a un lienzo. Pierde la magia. Por eso prefiero probar directamente en el lienzo y si no me gusta lo que sale tirarlo.

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El año que viene muestras uno de tus últimos proyectos, “Timing”, comisariado por Lucía Romero Segura, en el instituto Juan Gil Albert. Se trata de la unión de unas obras que realizaste en EEUU en 2016 después de encontrar un álbum antiguo de fotografías y 365 obras en formato pequeño que realizaste a lo largo del año 2018. Una obra cada día. ¿Cuál ha sido la dificultad que has encontrado al tener que empezar y acabar una obra cada día?, ¿qué sensación te queda de esa experiencia?

Dificultad ninguna pero sí que es verdad que algún día se me olvidaba hacer la obra durante el día y cuando me metía en la cama me daba cuenta que aún tenía que pintarla. Entonces me daba un poco de pereza pero esos días han sido cuatro o cinco. El resto de días lo hacía en un momento que tenía inspiración y tiempo. La sensación que me ha quedado de esta experiencia es que me ha llevado a utilizar recursos o materiales que de otra forma no hubiera utilizado. Obligarme a hacer una obra cada día ha trasladado muchas cosas personales al papel y eso es algo que luego he echado de menos.

Hay un texto en el que dices “El lienzo es el diario del artista”, ¿podríamos hablar de las Memorias de una artista viendo su obra?

En mi caso sí pero creo que en muchos otros artistas también. Las obras que realizo son totalmente mi diario. La gente que sabe mirar se da cuenta de ello rápidamente. Sin conocerme puede saber si he sufrido o si, por el contrario, estoy pasando por un momento más feliz, pero si encima me conoce puede relacionar detalles de mi vida personal con la pintura.

En un diario se escriben experiencias y sentimientos vividos, ¿pinta Perceval Graells desde la emoción? Se ven cambios en la paleta de colores anteriormente tonalidades más cálidas y actualmente con tendencias hacia el negro, grises y rojos ¿podríamos interpretar que son cambios en tu estado emocional?

Está estudiado que los colores tienen mucho que ver con las emociones pero también con la cultura en la que nos hemos criado. He tenido épocas de pintar más con colores tierra y diría que era mi época más de mirar hacia dentro, con más temor, otras épocas más de utilizar más azules dónde me sentía más nostálgica tal vez y épocas en las que los colores que aparecen en mis lienzos son colores más explosivos como queriendo expresar mi interior. Y además de las épocas hay días. Todo depende de mi estado de ánimo pero en todos ellos pueden salir cosas maravillosas.

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«La fragilidad de la vida»

Entonces, ¿es terapéutico para Perceval Graells pintar?

Claro que es terapéutico. Pintar o crear me da esos momentos de felicidad que necesito para seguir viva, para ilusionarme, para soñar. El arte, en definitiva, sana el alma y es capaz de abstraerme del mundo aún cuando éste llega a ser en ocasiones hostil. Lo importante es sentir ese subidón indescriptible que hace que quieras experimentarlo muchas veces. Esa pincelada que te deja sin aliento porque te das cuenta que es lo mejor que has hecho en mucho tiempo.

¿Cómo se enfrenta Perceval Graells al lienzo en blanco?

Cojo un color que me apetezca en ese momento y empiezo a tirar pintura. Depende del día con más agresividad o más sosiego pero siempre empiezo sin saber dónde me van a llevar esas pinceladas. Conforme voy avanzando voy mezclando colores, superponiendo manchas y creando una armonía. A veces aparecen en los lienzos trazos que se repiten en otras de mis obras. Busco la asimetría.

“No tengo miedo de hacer cambios destruir la imagen etc… porque la pintura tiene su propia vida”. Esto lo dijo Jackson Pollock, ¿es cierto que la propia pintura te va guiando?

Sí, muchas veces empiezo con una idea y ésta va cambiando porque la pintura va moldeando lo que hago. Otras veces sin ninguna idea de lo que voy a hacer es la propia pintura que va creando un universo. Mi cuerpo traslada al lienzo lo que la pintura en sí me va sugiriendo.

El feminismo ha conseguido a lo largo de la historia grandes avances para las mujeres, pero es una labor que, por desgracia, no ha terminado. Como mujer en el mundo del arte, ¿has notado desventajas o prejuicios?

Sí, por supuesto. Muchas veces he pensado que si hubiera sido hombre lo hubiera tenido más fácil. La mujer tiene que demostrar que vale con mayor esfuerzo que lo hacen los hombres. Me han llegado a decir que mi pintura es buena porque pinto como un hombre.

Y hablando de mujeres has sido mamá hace algo más de dos años. Has introducido en tu pintura el acto de coser y de coser con hilo rojo, ¿has notado cambios en tu pintura tras ser madre?.La acción de coser, ¿fue consciente o inconsciente?, ¿tiene alguna simbología el color del hilo?

Sí que lo he notado. Mi hija nació en medio de un traslado de país, con unos sueños rotos, un embarazo horrible, un posparto que me tuvo cuatro meses sin poder casi moverme y entró en la UCI un día después de que lo hiciera mi tía. Aquel mes de enero lo recuerdo como el peor de mi vida. En el entierro de mi tía mi hija seguía en la UCI y yo no tenía fuerzas para nada. Me puse a coser en papel y poco a poco fue un recurso que utilicé en las obras que vinieron después. Fue algo que salió sin pensar pero un día hablando con alguien me dijo que lo que estaba haciendo era cerrar las heridas cosiéndolas. Desde aquella época el hilo rojo ha estado presente en muchos de mis lienzos y papeles. El dolor sigue curándose.

¿Un color?

Azul Índigo

¿Un olor?

El del mar

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«Un mar en medio»

¿Un sabor?

 Chocolate

¿Un sonido?

El de las olas del mar

¿Un lugar?

La calita del Cabo de La Huerta

¿Un libro?

“Anna Karenina”, de León Tolstoi

¿Un viaje visualmente impactante?

 Marruecos

¿Una mujer?

Mi madre

¿Un sueño cumplido?

Tener un espacio donde poder seguir soñando despierta y que en ese sueño esté mi familia.

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El taller

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El taller

¿Un sueño por cumplir?

Poder exponer mis obras en algún lugar donde las pueda ver mucha gente y que se emocionen con ellas.

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Y por último, ¿qué es lo siguiente que veremos de Perceval Graells?

Creo que vendrán cosas muy interesantes. Además de la pintura siempre me ha gustado mucho hacer manualidades y crear cualquier cosa con las manos, así que no descarto hacer alguna instalación que me ronda por la cabeza desde hace algún tiempo y que tiene que ver con la lana que ha ido apareciendo poco a poco en mis lienzos. Será algo que después de mi residencia artística en la antigua fábrica de hilo de Leipzig en los próximos meses podría tomar más importancia.

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Un millón de gracias, María

La elegancia en la pintura, de Alberto Labad

Alberto Labad es tan serio como agudamente inteligente en clave de humor. Puedes estar hablando con él de metafísica y siempre te sacará una sonrisa durante la conversación.

Con una mirada sincera y cautivadoramente llena de vida, Alberto Labad no te deja indiferente, como tampoco lo hace su pintura.

Una pintura de técnica magistral y extremadamente delicada, fina y elegante. Donde nada sobra, nada está de más, y todo está por algo.

El «menos es más» de Ludwig Mies van der Rohe se palpa, se disfruta y se hace cuadro en la pintura de Labad.

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¿Qué significa para Alberto Labad pintar?

Es una pregunta que por muchas veces que a uno se la hagan siempre tiene que pensarla un poco.

Decir que es la vida y que lo es todo es un tópico

Pero es mi ocupación máxima, mi hobby, mi trabajo, mi placer y a veces pues hasta me gusta. Es una necesidad. Una necesidad vital, que así suena más trascendental.

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¿Qué te lleva a dejar a un lado la Química y la industria y dedicarte de lleno a la pintura?

Pues está muy claro.

Que la Química no me gustaba nada. Seguí ese camino por imperativo paterno y la pintura y el dibujo me atraían ya desde el Bachiller, donde les hacía los exámenes de dibujo a la mitad de la clase. Les hacía unos dibujos de nota 6 ó 6,5 y yo sacaba un 7.(risas)

 

 

¿Qué es el color blanco en la pintura de Labad?

Un color más. Me gusta mucho porque despeja y simplifica la pintura, como pintor minimalista que creo que soy. Velázquez ponía las figuras sobre negro, cogía una figura y la ponía sobre negro para que resaltara, yo las pongo sobre blanco. Ahora tenemos más luz que la que tenían entonces aquellos pintores en su época. He cambiado los fondos oscuros por los claros.

Pero no deja de ser un color más.

¿Por qué Altea?

Venir a Altea fue una historia de mi galerista de los años 70. Estaba en la Galería SEN de Madrid y los dueños, Eugenia y Antonio Suñer, siempre habían tenido relación con Benidorm. Yo entonces venía de estar 10 años en Canarias y 5 en un pueblecito de Burgos donde yo veraneaba de pequeño y donde mis hijos fueron a la escuela del pueblo y convivieron con animales, en el campo. Luego pensamos mi mujer y yo que los chicos ya se hacían mayores y tenían que empezar a estudiar de una manera más seria y yo comenté esto en la galería y me dijeron:

– “Hombre!! ¿por qué no vais a Ibiza?

– “Otra vez a una isla no!. He estado 10 años en Gran Canaria y nos vinimos porque nos parecía estar aislados…», contesté yo.

– «Bueno, pues entonces a Altea que yo la conozco, es un sitio de pintores».

Miré una casa de alquiler en mayo del 79 y al final del verano ya nos vinimos todos.

«Altea», Labad

Dime tres diferencias entre la Altea de ahora y la de hace 30 años

Bueno, un desarrollo urbanístico tremendo.

Pero, sobre todo, que yo tengo 40 años más, esa es una gran diferencia en la vida de cualquier persona, ¿no?.

Cuando yo llegué a Altea los chicos, Karmele y yo éramos jóvenes, hasta hacíamos un poco de vida nocturna en la Plaza del pueblo (bar Altea, la Plaza…). Pero también vinimos con la idea de que era un sitio de paso. Un pintor no suele pensar que va a echar raíces. Y pasó el tiempo, 10 años, 15, 20… y de pronto nos dimos cuenta de que los chicos habían echado raíces aquí y dijimos bueno, pues aquí hay que quedarse… y cambiamos una casa alquilada por una casa comprada. Ese fue el cambio de mentalidad, mi primera hipoteca.

Pinturas de Labad

Matisse se muestra como referente, tienes una obra “la Danza” que hace alusión directa, podemos entrever también el cubismo… ¿cuáles son tus referentes?

Jo… eso te vuelvo a decir como anteriormente. Es una pregunta que uno recibe a menudo y cada vez tengo que pensarla; y creo que cada vez digo una cosa diferente. Quien haya leído diferentes entrevistas mías va a pensar que estoy de los nervios, o que no tengo un criterio. Yo no creo que tenga unas referencias claras, unos dicen sí, surrealismo, otros cubismo…yo qué sé. Yo creo que mi pintura, que yo conozca, no se parece a la de nadie, o por lo menos, a mí me gusta pensar eso. Eso es más para los críticos. A mí me gusta pintar con la menor información posible para procurar decir lo máximo posible. Incluso mi manera de trabajar es así: parto de un pequeño boceto al que le quito más que le pongo con la goma de borrar. Hasta que me digo a mí mismo: para, no quites más cosas que no va a quedar nada. Y ese es mi camino. ¿De qué estilo es?, pues eso queda para los críticos. Es más, estoy convencido que si preguntamos a varios, cada uno me ubicaría en un estilo diferente. Así que, mi estilo es LABAD.

«La Danza», Labad

 

¿Algo que te entusiasme o disguste del arte más antiguo y algo del arte contemporáneo?

A mí del arte, y a la vista está de lo que pinto, lo que menos me gusta el azar.

La pintura contemporánea basada en el azar, en como quede,  y si los chorretes quedan para abajo le damos la vuelta y ya está…un respeto a la creatividad de cada uno, pero no es mi camino. Creo que la Gioconda no se pintó por azar, estuvo años y años Leonardo dándoles vueltas o el David de Miguel Ángel, tampoco está hecho por azar.

Esa es mi idea de la pintura, poco azar o ninguno más bien, y muy pensada.

Me gusta la pintura refinada, el Bosco con una pintura muy pensada, Botticelli porque es de un gusto  excepcional y modernísimo, me gusta Rafael…Me gusta todo el arte que se ve que no hay un esfuerzo detrás, sino la mano de los ángeles.

A lo largo de toda tu obra, vemos un estilo constante ¿nunca has pensado en formas y colores absolutamente diferentes?

Es que cuando pinto no pienso. Ni siquiera ahora que llevo unos días sin pintar. Siempre tengo ganas de volver a pintar, de volver a organizar el estudio, pero no tengo ni idea de lo que voy a hacer, no tengo un plan o un tema… en el momento en el que esté delante del lienzo, moveré la mano, haré una línea y esa pedirá otra y otra y acabaré haciendo una pintura nueva. Por eso no me he planteado nunca hacer otra cosa, porque hago lo que me sale.

¿Qué supuso para Labad entrar en la Galería Malborough junto con Picasso, Tàpies, Dalí, Barceló…?

No es que haya entrado en la Galería Malborough. La Galería Malborough hizo una exposición sobre “Naturaleza muerta. Pintura española siglos XX y XXI», se hizo una selección muy generosa conmigo y yo de pronto me vi, ahí, entre los Maestros vivos y muertos y bueno, fue como, no voy a decir como un sueño, pero algo muy inesperado, muy sorprendente y muy satisfactorio.

LABAD 2016

Pero cuando aquello acabó, seguí siendo Labad.

 

¿Quién es Kosme de Barañano para ti?

El comisario que me seleccionó para la Galería Malborough, a plazo corto y, a largo plazo, es un bilbaíno, como yo y, luego, he descubierto con el tiempo, posteriormente a la selección de la Malborough, que  su padre y el mío eran amigos. Tomaban café juntos en Bilbao en los años 60 y Kosme, jovencito, 15 años menor que yo (yo tenía entonces 25 y él 10), oía en su casa que su padre tenía un amigo cuyo hijo quería pintar, lo cual había causado gran disgusto y trastorno en la familia y eso, a un chico de 10 años, todavía en el colegio, le quedó como si fuera la imagen de la rebeldía, de alguien que quiere seguir su camino en contra del padre. Mi padre quiso que estudiase Química, estudios que empecé y dejé. Y a Kosme le pasó algo parecido con el paso del tiempo. También quisieron en su casa que estudiara algo que a él no le gustaba y él eligió Historia del Arte. La familia en aquellos años pensaría que se iba a morir de hambre, como pensaron en la mía.

Y con el tiempo resulta que cuando Kosme ya tenía una carrera, ya había pasado por el IVAM, ya era catedrático de Historia del Arte aquí en Altea , se encontró en internet un día con que su referente de juventud o niñez, el pintor LABAD, vivía en Altea. Me buscó y era la época en la que estaba haciendo la selección para la Malborough y me dijo una frase muy generosa, que no creo merecer ni entonces ni ahora: “tú tienes que estar ahí”.

Yo pensé: pero si yo soy un pintor desconocido, que vivo en mi casa pintando y al que no conocen ni en Altea…

Y estuve…

Labad

Mayoritariamente cuerpos femeninos y desnudos o casi, que se muestran elegantes, sensuales pero nada sexuales…

– Eso lo dirás tú! (me contesta Alberto. Risas)

– Pero es una sexualidad muy elegante… (le contesto)

– Ah bueno!, pero es que yo soy muy elegante y muy fino. Yo creo que se puede pintar todo de una manera… no voy a decir sin ofender porque el desnudo no ofende, o sí… Yo creo que seré el pintor erótico, al menos español, más fino, delicado, sensible… o respetuoso.

En muchas de tus obras vemos sillas. Sillas de diseño o sillones en los que el cuerpo femenino parece sumergirse, tanto, que casi no se distingue lo que es cuerpo de lo que es objeto. ¿Es esta la intención?

Esa expresión de sumergirse me gusta, porque para mí es casi como una obsesión este tema. La idea de un desnudo sentado, como concepto, me parece muy interesante para trabajar porque las combinaciones son infinitas. No sólo por cambiar el mobiliario sino el cuerpo femenino también. Y al final hay una ósmosis o transferencia entre el mueble y el desnudo que ya no se sabe qué es piel, qué es madera, qué se puede tocar… y eso me ha gustado siempre, pero todavía no he llegado a la síntesis total, a ver si me da tiempo de llegar…

Te voy a nombrar a tres mujeres dime la primera palabra que te venga a la cabeza con cada uno de esos nombres: Miranda, Cristina y Karmele

Miranda: Bueno… mi nieta querida

Cristina: mi hija querida, la madre de Miranda, qué te voy a decir…

Karmele: Pues la madre de mi hija querida y de mi nieta queridísima, la mujer de mi vida.

Me has citado tres mujeres… me lo has puesto muy fácil.

 

MIL GRACIAS ALBERTO LABAD!!!!!!!

Frutos María nos sumerge en su «Mar de madera»

Si algo caracteriza a Frutos María es su eclecticismo. Pintura, escultura en diferentes materiales y dimensiones…, nada se le resiste a esa creatividad en constante ebullición.  Y, como se empeñe en algo, es tenaz y constante, hasta conseguirlo.

Seguro de sí mismo, curioso y con una energía electrizante, Frutos María siempre está en marcha. Y es una marcha en la que, o te subes, o ya no llegas, de puro ritmo.

“Mar de madera”, la última exposición que muestra en el Castillo de Santa Bárbara (Alicante), es mi excusa perfecta para hacerle parar el ritmo y que cuente…

 

 

 

 

Hay cantidad de referencias artísticas sobre el assemblage: Picasso, los dadaístas y sus ready made (Duchamp, Hausmann, Merz…), Louise Nevelson, el maravilloso Rauschenberg, el arte Póvera,  Spoerri, Joseph Cornell con sus shadow boxes… ¿qué referencias has utilizado para realizar estas obras?

 En este caso no hay referencias conscientes ni concretas de estos artistas, aunque sí tengo conocimiento de todos y es posible que inconscientemente estén ahí. He utilizado mi propia referencia junto con los magníficos materiales que el mar me ha regalado y mi imaginación.

 

“Mar de madera”, hace referencia al material con el que están realizadas todas las piezas, pero del revés, ¿por qué madera reciclada del mar?

Porque es una madera con mucho carácter por su desgaste natural, el oleaje del mar, y por sus propiedades a la hora de una buena conservación (la madera se empapa en profundidad de yodo y otros nutrientes al estar tanto tiempo sumergida en agua salada).

 ¿Qué características tiene para que le hayas dedicado esta exposición?

Su esencia eminentemente natural.

 

Es obvio que recopilar todo este material que el mar ha ido desechando tras manipularlo entre olas y mareas, te ha llevado mucho tiempo, ¿desde cuándo estás recopilando material?

Prácticamente desde que llegué a Alicante, hace unos 35 años.

 ¿Cuánto tiempo le has dedicado a estas piezas que se muestran en esta exposición?

El tiempo en arte es incalculable. Son demasiadas horas de trabajo y diseño, pero compensa cuando están terminadas.  Es una satisfacción infinita.

 

 

¿Cómo es la realización de una de las piezas?, ¿escoges detenidamente cada uno de los trozos?, ¿los pintas antes o después del assemblage?

En un principio selecciono los materiales, que sean uniformes y con desgastes parecidos, luego voy componiendo y ensamblando con equilibrio, después encolo y posteriormente les doy aceites con pigmentos naturales. Esto también ayuda a que la madera se conserve mejor.

«Composición»

A la hora de componer una obra, ¿utilizas más la intuición o es algo que reflexionas y meditas con anterioridad?

Lo voy haciendo sobre la marcha y con ese gusto que tenemos los artistas.

Tu página web es: “escultorfrutosmaria”, sin embargo, la pintura tampoco se ha podido escapar de tu creatividad, pintas, haces escultura en hierro, cerámica, madera, hormigón armado…  ¿qué te aporta cada una de las técnicas?

Cada una de las técnicas, lógicamente, me aporta experiencias distintas, pero cuando veo unos trozos de madera, de hierro, un cubo de hormigón, materiales que prácticamente no son nada y los convierto en unas obras terminadas con las que el espectador puede disfrutar, me siento absolutamente satisfecho.

 

Esta frase es tuya, “La profundidad con la que entendamos a los materiales será el resultado de nuestro trabajo”, ¿a qué profundidad has llegado con los materiales que utilizas?

Gracias a esos materiales que utilizo, que hago míos y de los que aprovecho todo su carácter, su desgaste y  su riqueza, llego, sin duda, a un nivel de profundidad y fuerza en mi trabajo que me aporta muchísima satisfacción.

Cuando Frutos se pone a trabajar y escoge una técnica, lo hace movido por un estado de ánimo, por necesidades creativas o porque toca?

Tengo la gran suerte de estar siempre con ánimo y motivación para trabajar y, además, esa necesidad creativa constante, así que, ambas. Pero nunca por obligación.

 

¿Hay algún hilo conductor entre todas tus obras, más allá del propio Frutos María?

El esmero, el alma, la bondad y la satisfacción.

Hay un detalle que me ha llamado la atención en esta serie de obras, varias de ellas se titulan “Nueva vida”, a qué hace referencia?

A la reutilización de materiales de desecho para la creación de algo nuevo. Madera o materiales desechados que anteriormente han estado en la construcción o en barcos y han sido retirados. Materiales que parecen no servir para nada y que, para mí, tienen más riqueza cuanto más viejos son y más desgastados están.

Les doy una nueva vida, posiblemente más larga, al convertirlos en arte.

 

 

Una curiosidad, ¿a qué huele el estudio de Frutos?

Mi estudio creo que huele a creación, arte y pasión

¿Y lo próximo de Frutos María?

Seguir creando obras de arte, puras, naturales y que me puedan seguir emocionando cuando las termino, para poder hacer disfrutar, posteriormente, al espectador.

Más info sobre Frutos María 

MIL GRACIAS FRUTOS MARÍA!!!!!!

Escultura, sin más, con Maribel Pérez

Maribel Pérez se muestra tal cual, al igual que lo hace con su obra.

Sin florituras, sin lirismos, sin veladuras poéticas.

Con una mirada sincera, Maribel  no se anda con rodeos, es directa, concisa y desprende una fortaleza y una seguridad que dejan huella.

Como la huella en sus obras. Una huella que no deja cicatriz dolorosa, sino la muestra del puro trabajo y tesón.

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Si te nombro la palabra escultura, ¿qué te viene a la cabeza?

Muy sencillo, lo que me gusta hacer.

Y,  ¿qué olor te viene a la mente?

El olor a soldadura, al carbón quemándose en la forja, a madera, a cera… cada material tiene el suyo y cuando los trabajas se te queda grabado.

Estudiaste BBAA en la UPV, ¿por qué elegiste la escultura?

Fue mi gran descubrimiento al empezar a estudiar, fui comparando entre las distintas asignaturas y me quedé con la mejor para mi…  cuando empecé a ver todas las posibilidades que me daba la escultura lo tuve claro.

Imagino que algo de culpa tuvieron también los docentes y técnicos que tuve, cuando haces tu trabajo bien llegas y plantas muchas semillitas.

Y uniendo ambas cosas, así salió.

 ¿Qué recuerdo/s  guardas de tus años en los talleres como estudiante?

Guardo grandes recuerdos, mucho trabajo y mucho disfrute haciéndolo.

Me faltaba tiempo para hacer todo lo que quería, pero a lo que no llegaba se quedaba ahí en tareas pendientes…

También el ambiente de trabajo en los talleres era tremendo, llegaras al taller que llegaras había gente trabajando, y eso ayuda mucho. Siempre digo que tenía a mis compañeros de promoción y a mis compañeros de taller, los de taller eran una mezcla de distintos cursos pero igual de enganchados que yo.

¿Cuáles son los referentes de entonces, cuando estudiabas, y los de ahora?

En cuanto a referentes artísticos no creo que hayan cambiado mucho, he ido ampliando al descubrir más artistas, pero los que me removieron en su momento lo siguen haciendo a día de hoy.

Si tengo que nombrar a alguno de los primeros, me quedaría con Susana Solano, Louise Bourgeois, Martín Chirino… la obra de las dos primeras fue impactante para mí, la de Chirino también por supuesto, pero conocerle personalmente me dio todo el empuje para continuar haciendo escultura, sobre todo en un momento crítico como es acabar los estudios.

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En la mayoría de tus piezas utilizas hierro, ¿qué te aporta este material?

Cuando descubrí que podía trabajar el hierro, y aquí tuvo mucho que ver parte de la obra de Susana Solano, haciendo que perdiera la frialdad con la que viene de fábrica, me dije que por ahí tenía que ir yo…

En primer lugar batirlo, dejando la huella de cada golpe, luego trabajarlo en caliente en la fragua… todo eso me permite el uso de un lenguaje que creo que enriquece mucho las piezas que hago.

También es un material que con “poco” trabajo, te ofrece mucho, me resulta cómodo hacer con él.

Cuando utilizas plomo, madera o bronce,  ¿por qué eliges ese material? ¿Es la pieza la que te lo pide o es una elección casual?

Pues yo diría que ni una, ni otra. Esta es una pregunta que me cuesta responder a bote pronto, no soy muy consciente del por qué.

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Te puedo decir que acumulo materiales, ya sean comprados o reutilizados, que juego con ellos y a veces salen cosas que me interesan y otras no tanto, pero ahí quedan.

También soy muy dada a probar todo tipo de técnicas y materiales. Disfruto viendo qué puedo sacar o mejor, qué me da cada material.

Y por último puedo añadir que a veces las circunstancias personales me han llevado a no tener medios, o a no tener tiempo, y me he tenido que adaptar a lo que he podido hacer en esos momentos, por que hacer se puede hacer con cualquier cosa y en cualquier lugar, si se quiere.

Tienes como una tendencia a la curva y a realizar piezas que guardan un interior a modo de guarida, cobijo, resguardo… ¿qué es lo que Maribel intenta guardar ahí?

Yo no guardo nada, me limito a evidenciar, vengo de ciencias puras, analizo y muestro. Esto creo que se ve más claro en las piezas tituladas “Doble Interior”, donde disecciono las piezas en dos y se ve lo que no se veía estando entera.

 

 

A modo de metáfora, si abriésemos a Maribel y pudiésemos sentirla por dentro, de qué material estaría hecha y qué nos encontraríamos?

¿He dicho que vengo de ciencia puras? Soy poco poética, si me abres te encuentras con esa maquinita perfecta que es el cuerpo humano que es capaz de crear tanto física como artísticamente. Y debo de estar hecha de un material que desconozco, pero muy resistente y que se regenera o se carga, porque cuando parece que no doy más, ahí continúo. Pero nada especial, como todo el mundo.

Como técnica de taller en la Facultad, ¿qué crees que es lo más importante que se debe transmitir a los alumnos en una Facultad de BBAA?

En mi opinión todo es importante, conocimientos técnicos, teóricos, históricos… no se puede dejar de lado ninguno de ellos.

Hay que conocer cómo, qué, por qué, para qué, qué se ha hecho antes y qué se está haciendo ahora.

Todo conocimiento, venga de donde venga, es aprovechable para la práctica artística.

A lo largo de los años que llevas en el mundo de la escultura y metida en un taller, ¿has notado cierta diferencia de trato por ser mujer?

No por el hecho en sí de hacer escultura, pero sí en el día a día, yo tengo que ir a almacenes a comprar materiales, realizo trabajos con maquinaria, conozco técnicas y materiales que según los estereotipos no debería manejar una mujer… y no, no tengo porqué ser dependienta de ferretería como me han dicho en alguna ocasión.

Pero imagino que ocurre igual con las mujeres que se mueven en campos “habituales” de los hombres. Pero aquí estamos y vamos a continuar.

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Y, ¿qué es lo próximo que tiene en mente Maribel?

En mente muchas cosas, que pueda llegar a realizar no sé si tantas. Siempre digo que no tengo vida suficiente para hacer todo lo que quiero.

A nivel escultórico, continuar, a mi ritmo, que no va ser muy productivo, pero es lo que puedo en estos momentos y si vienen otros momentos con más tiempo para invertir pues aprovecharlos. He tenido temporadas de baja productividad, pero por suerte, la cabeza no desconecta.

 

MIL GRACIAS MARIBEL!!!!

Los «Horizontes perdidos» de Alberto Romero

Cuenca y Altea han dejado su huella en la memoria de Alberto Romero, paisajes a modo de cicatrices que revelan un lirismo repleto de matices en forma de manchas, goteos, sombras, luces, rasgados, pinceladas…

Paisajes que, en sus primeros años, muestran referentes visuales claros pero que, con el paso del tiempo, se van desvaneciendo, dejando paso a una necesidad, inmanente, de libertad. Desembocaduras, auroras, ciudadelas, desfiladeros… que cada vez se vuelven más abstracción, en la búsqueda de la verdad, de la esencia más pura.

Capas y capas de pintura que ocultan y a la vez desvelan, que pasan por una amplia paleta de colores a modo de cuento visual, azul ultramar, de cobalto, violeta de Marte, verde esmeralda, rojo de cadmio, amarillo óxido, tierra de siena, ocre dorado, negro humo, negro carbón, blanco de china…

Lienzos que al final son GESTO, ímpetu cargado de nostalgia, a veces, incluso, de cierta tristeza, unión directa del pincel al corazón, sensible,  profunda y compleja poesía. Gesto cuya inmediatez e instantaneidad contrasta con la revelación del espacio pictórico como espacio de pausada y meditada contemplación.

 

  • Si te digo PINTURA, ¿cuál es la primera palabra que surge en tu cabeza?

Vida.

Ciudadela en la arena

Ciudades de arena

  • Si te nombro tu ciudad natal, Cuenca, ¿qué recuerdo emocional y qué recuerdo visual te vienen a la cabeza?

Cuenca es para mí la infancia en mi barrio del Escardillo. Fue allí donde tuve constancia de ser Yo, y donde empecé a pintar a los 15 años. Todo lo que ha sucedido después ha sido un discurrir errático buscando un espacio donde volver a ser feliz, como lo fui allí. La pintura me ha ayudado a recorrer el camino de la vida, tal vez buscando otro Escardillo, que abandoné para sentir la aventura de vivir, porque allí paradójicamente, era demasiado feliz.

  • ¿Y si en vez de Cuenca, te nombro Altea?

El descubrimiento de Altea en el 1.964 fue, sin lugar a dudas, un deslumbramiento. El reconocimiento de un lugar que, supe en el acto, sería crucial en mi vida con un gran efecto emocional.

  • Dime un/a o unos/as artistas que te hayan influido a lo largo de los años en tu obra y otro/a al que admires.

A lo largo de las distintas etapas (porque en una carrera dilatada como la mía, hay distinta etapas, distintos intereses, distintos “yo”) me han influida muchos, me es imposible hablar de uno. Sí te puedo decir que en un principio fue Monet, después Cézanne, luego una serie de pintores figurativos y abstractos: Hopper, Tapies, Bacon, De Kooning, Twombly. Ahora sobresalen Monet y De Kooning. Nunca me ha interesado el Hiperrealismo, ni Antonio López. Tienes cuadro de formato variado.

Imagen extraída de la página web: www.smb.museum

Cy Twombly: School of Fontainebleau, 1960; Collection Marx © Staatliche Museen zu Berlin, Nationalgalerie / Jochen Littkemann / Courtesy Cy Twombly Foundation

  • Tienes unos cuadros-golosina (o así los he que he bautizado yo) pequeños y luego están los de tamaño más grande. ¿qué diferencias a la hora de enfrentarse a unos y otros hay?, ¿qué te aporta cada uno?

Las distintas escalas tienen que ver con el estado anímico en el que empiezo a pintar. Hay días, sobre todo por la tarde, después de la pequeña siesta, en los que el impulso creativo y la energía decaen. En lugar de atacar un gran lienzo donde es el cuerpo entero el que se implica como en una batalla, hecho mano de formatos pequeños donde es la mano y la muñeca solamente las que actúan. Así, que podríamos decir que los pequeños son debidos a momentos de debilidad física (y mental, tal vez). Aunque, a veces, sirvan como punto de partida para cuadros  más grandes.

  • En la historia de tu obra, vemos cómo hace años tu pintura se movía en el realismo, como en la obra “Madre” o en “La escalera”. Como llegas a la casi total abstracción que estás haciendo ahora viniendo de ese realismo?

Cuando empecé a pintar no tenía idea de la pintura, del arte. Veía en las paredes de la casa de mis padres las pinturas del abuelo Fermín que representaban el paisaje de las hoces, del río que serpenteaba entre chopos bajo los balcones, y me gustaba comparar la realidad con la interpretación pintada. Así que empecé a verlo todo con ojos de pintor: las sombras violeta, las nubes difuminadas en el azul, los espatulazos de ocre, gris y azul de las rocas. Creo que fue así como nació mi vocación y, naturalmente, empecé a pintar paisajes de las hoces. Pero eso sí, nunca busqué rincones pintorescos, de esos que salen en las postales, reconocidos por todos. Después, a través de libros y revistas de arte me sumergí en el impresionismo: Cézanne, Gaugin, Van Gogh…, luego los expresionistas alemanes del Blau Reiter… Después, en la Escuela de Bellas Artes, empecé a componer cuadros con figuras, siempre femeninas, recluidas en interiores más o menos inquietantes. Esos cuadros tuvieron gran importancia en mi producción de muchos años, acercándome a los realistas americanos Wayath y Hopper. Pero llegó un momento en que todo aquel dispositivo de imágenes empezaba a “acartonarse”, y la sombra de la repetición me acosaba. Quería cambiar, hacer algo que expresase más directamente mis emociones: quitaba, añadía, borraba, pretendiendo liberar el cuadro de vana retórica, pero no encontraba el camino. En ese tiempo, vi reproducida en la revista Art News la obra abstracta de De Kooning “Primavera”: algo se desencadenó dentro de mí.  Me di cuenta de que no era necesario contar nada para emocionar, de que la pintura se bastaba sin la anécdota, y de que toda aquella literatura adherida a mis cuadros con mujeres desnudas, espejos rotos, escaleras a ninguna parte, etc., eran elementos propios de la fotografía, del cine. Yo conocía la obra de los componentes del grupo “El Paso”, que seguían la estela del expresionismo abstracto americano, pero hasta ese momento, con el descubrimiento de De Kooning, no me di cuenta del mundo que había pasado desapercibido para mí. Seguía pintando mis historias con mujeres, pero había en mi interior una semilla que años después, cuando viajé a los U.S.A. permaneciendo una larga temporada, invitado por el Comité Conjunto Hispano-Norteamericano para la difusión de la Cultura Española, y al contemplar la obra de estos artistas directamente, esa semilla fructificó, invadiendo  todo el dispositivo pictórico que ya se tambaleaba. Corté por lo sano. Empecé a despojar mis cuadros de “relato”, de pretender contar una historia, de hacer más literatura que pintura. Había comprendido que había suficientes soluciones plásticas en la pintura pura para desarrollar, buscando el paisaje mental con los mecanismos del recuerdo; el cuadro, concebido como parte de un vasto universo revelado por la propia acción pictórica, con los sueños y recuerdos de la naturaleza y los mil horizontes que han rodeado nuestra propia existencia.

 

  • Crees que es una evolución natural en los artistas?, ¿se es consciente de esa tendencia o va ocurriendo sin darte cuenta?

Yo no puedo hablar de todos los artistas, puedo hablar de mí. Para mí, ocurre por necesidad. Yo no digo: “ahora voy a pintar figurativo; ahora abstracto”. El misterioso equilibrio entre la razón y el instinto, me lleva a rechazar lo que no me resulta cómodo, donde no soy libre. Lo que hasta ese momento tenía toda la legitimidad de ser indagado, puede acabar siendo un lugar trillado, ya conocido, reiterado, que hay que desechar. Habrá artistas que repitan sus fórmulas toda la vida. Supongo que se encontrarán cómodos…, o se engañan. No es mi caso. Para mi, como te dije al principio, la pintura es vida y libertad. Como no soy el mismo en cada etapa; como no es lo mismo tener 20 años que 50 que 70, y como ocurren cambios también en derredor, necesito buscar lo que en cada momento se adecua a mi necesidad expresiva; y es bueno que así sea, tanto en la búsqueda de la creación transfigurada de la naturaleza, como en la abstracción total. El pintor realiza frente al lienzo un cuerpo a cuerpo, transformando la materia inerte y pasiva en una acción llena de pasión y energía esperando que el resultado le satisfaga. No puede engañarse.

  • Los colores que utilizas al pintar responden al instinto, al recuerdo, a la emotividad del momento en el que pintas o a un compendio de todas ellas?

Primero al instinto, y la situación emocional del momento. El color que elijo tiene que ver con cómo me siento… El cuadro tiene también sus reglas, te dirige a lugares con colores que no tenías planteados al inicio.

  • Has expuesto en Alemania, Holanda, U.S.A, Portugal… ¿hay diferencias en la concepción del arte con respecto a España?

En la actual Aldea Global, todo se simultanea: las noticias, los espectáculos, los acontecimientos políticos y sociales… y el arte. En el cinquecento solamente eran los reyes, los papas, y las familias más poderosas los que podían acceder al arte, y eran algunos artistas los que creaban escuela en sus talleres, siendo su difusión  mínima y a través de grabados que solamente  muy pocos privilegiados conocían. Entonces, Miguel Ángel, Leonardo, Durero, etc., creaban escuela en sus países. Hoy todo se difunde simultáneamente y a todo color; el Digital Art inunda las redes sociales; el Photoshop ayuda a transformar imágenes; la Infografía propaga imágenes con distintos programas…, es decir, que cualquier muchacho inquieto y de cierta sensibilidad, no importa de qué país, sin conocimientos del oficio del arte y con sólo saber utilizar el ordenador, puede crear imágenes “artísticas”, y ya no importa de qué país provengan: es lo mismo.

Almadraba

«Almadraba», Alberto Romero

  • Ahora que viene ARCO (Feria de Arte Contemporáneo) ¿cómo ves el mundo del arte actual?

Para un viejo que lleva pintando 60 años con la misma técnica de Rubens (bueno, en los últimos años he hecho concesiones al acrílico, mea culpa), comprenderás que no esté demasiado pendiente de lo que se cuece en las grandes Ferias mediáticas, aunque a veces haya participado en ellas y me entere. He vivido el impresionismo, el surrealismo, el dadaísmo, el expresionismo, el art brut, el op-art, el pop-art, el hiperrealismo, el expresionismo abstracto, el arte conceptual…, bla, bla, bla. A mí, el Giotto, (siglo XIII), me parece modernísimo.

Desembocadura

«Desembocadura», Alberto Romero

  • Soy una curiosa con respecto a lo que lee la gente, ¿qué estás leyendo ahora mismo?, ¿un libro imprescindible para Alberto?

Como me ocurre con los pintores, me es imposible decidirme por unos libros, por un libro, son muchos a lo largo de la vida los que me han conmovido y me han afectado en las distintas etapas. Resumiendo: el primero, a los 12 ó 13 años fue La isla del tesoro (Stevenson) viviendo la aventura en primera persona. Después la Vida de Cellini, y a través del tiempo: La Regenta (Leopoldo Alas), Rojo y negro (Stendhal), El paraíso perdido (Milton), El libro del desasosiego (Pessoa), En busca del tiempo perdido (los siete tomos. Proust), Ulises (Joyce), Memorias de ultratumba (Chateaubriand), El castillo (Kafka), La montaña mágica (Mann), Residencia en la tierra (Neruda), Lolita (Nabokov), Mientras agonizo, El ruido y la furia (Faulkner), El ángel que nos mira (Wolfe), Trilogía de la carretera (Cormac McCarthy). Ahora mismo estoy leyendo tres: Alto riesgo (Russo), Historias de Berlín (Isherwood) y El libro de los Baltimore (Dicker). Desde que en los años 70 leí por primera vez En busca del tiempo perdido, es mi libro-s de cabecera, mi biblia y guía espiritual. (POR CIERTO, ME LOS TIENES QUE PRESTAR, AL MENOS UNO PARA QUE EMPIECE!!)

  • Y por último, ¿qué es lo próximo que tiene en mente Alberto?

Pintar.

 

MIL GRACIAS ALBERTO!!!!!!!

La magia de la sencillez, «Handmade» Rufete

Rufete es claramente y desde el primer (y hasta el último) vistazo, CORAZÓN.

Un corazón que guarda, sin candados, humildad, sencillez y calidez, y así lo muestra a través de sus esculturas.

Se le intuye una inteligencia reservadamente pasmosa y una creatividad que le bulle en la mirada y, detrás de esa aparente timidez, Rufete atrapa, Rufete es hogar. Así te lo hace sentir.

Si te nombro la palabra “escultura”, ¿qué es lo primero que te viene a la mente?

Pues una de las primeras cosas que me viene a la mente es la foto en blanco y negro de Brancusi, sentado en una gran piedra, con brazos cruzados y una mirada profunda… y Giacommetti en su taller con las esculturas y una montaña de escayola en el suelo…. Me encanta ver las esculturas en los talleres de los escultores…

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Constantin Brancusi Autoportrait dans l’atelier, vers 1933-34 Négatif gélatino-argentique sur verre, 12 x 9 cm Legs Constantin Brancusi 1957 AM 4002-727 © Adagp Paris 2007

alberto giacometti in his paris studio, 1954. photo by ernst scheidegger

Giacometti en su taller. Foto: Ernst Scheidegger. 1954

¿Qué le inspira a Rufete?

Gracias a internet podemos saciar nuestras curiosidades y encontrar fuentes de inspiración, conocer artistas como Caspar Berger, Zadok Ben David, Tomas Libertiny, Gwon Osang

 

 

Lo importante es mantener viva la curiosidad y las ganas de aprender… y por supuesto no parar de trabajar

Estudiaste BBAA en Valencia, ¿cuál es la huella más significativa de tu paso por la Facultad?

En Valencia tuve grandes compañeros de trabajo, y también grandes profesores, Vicente Orti te enseñaba cómo levantar piedras sin tocarlas… quien le conoce no vuelve a ser el mismo (Yo misma doy fe del poder de ese gran Maestro). También la Beca Erasmus que cursé el último año en Holanda fue impresionante, donde pude participar como asistente en EKWC (European Ceramic Workcentre). Fue un periodo de aprendizaje muy intenso.

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Pieza del escultor Vicente Ortí. Foto extraída de su página web.

 

Trabajas con hierro, cerámica, madera, latón… ¿tienes alguna debilidad por alguno?, ¿por qué?

No destacaría ninguno, quizás el más importante para mí sería la escayola, pues muchas veces al trabajar mediante molde en las piezas de hierro, cerámica, céntimos empleo la escayola como soporte y la dedicación y cuidado es a veces mayor que con el material definitivo de la escultura.

 

Tienes dos piezas, una de cuerpo entero y otra que es un busto, esta última por cierto, seleccionada para el  XIX CERTAMEN NACIONAL DE PINTURA Y ESCULTURA CIUDAD DE MELILLA.…, realizadas con céntimos, ¿cómo surge la idea?

Me encontraba realizando trabajos con pequeños fragmentos de hierro y un compañero de trabajo me enseñó un puñado de céntimos pegados a un imán… ahí fue cuando comencé a probar cómo se podían soldar.

 

Tienes unas libretas de bocetos en las que dibujas casi de manera compulsiva, ¿qué es lo que podríamos ver en esas hojas si pudiéramos echarles un ojo?

El dibujo para mí es muy importante. Es sin duda la forma de expresión gestual más rápida y directa de expresar tu estado de ánimo, tus inquietudes…. Podemos encontrar en mis libretas infinidad de siluetas monotrazo que muchas veces me abren el camino para realizar las esculturas.

 

Realizaste un taller de forja con el escultor Martin Chirino, que formó parte del Grupo El Paso junto a otros grandes como Antonio Saura, Manolo Millares, Manuel Rivera, Rafael Canogar, Luis Feito, Manuel Viola, Antonio Suárez, Pablo Serrano, Juana Francés y los críticos José Ayllón y Manuel Conde, ¿qué tal la experiencia?, ¿qué atesoras de la vivencia?

La escultura de pies de forja fue la obra que realicé en el curso. Fue una experiencia apasionante. Sobre todo porque me desconectó de mi trabajo y me pude dedicar al 100 por 100 a realizar una obra en forja en los Altos Hornos de Gijón, que fue donde se realizó el curso, con otros escultores. En ese curso coincidí con grandes amigos por lo que me encontré en un fantástico ambiente de trabajo.

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¿Hay algún material que no hayas tocado aún y tengas curiosidad por trabajarlo?

El vidrio está ahí… pendiente.

Gran cantidad de tu obra hace referencia a la figura humana, ¿Por qué?

Me apasiona el proceso de realizar esculturas figurativas mediante molde. Es un proceso fascinante trabajar con la huella y texturas del cuerpo, cómo al realizar moldes con vendas de escayola estamos creando una nueva piel, y cómo nos permite posicionarnos en el interior del molde, que es como estar dentro del cuerpo. A la vez, y sin darnos cuenta, estamos parando el tiempo, estamos construyendo y retratando tridimensionalmente un cuerpo que nunca volverá a ser el mismo.

 

¿Qué pieza aún no ha realizado Rufete y no se saca de la cabeza?

Son muchas las piezas pendientes… pero quizás la serie de piezas que trata del injerto hombre-árbol que va rondando desde hace tiempo, sea unas de las que más insiste en salir a la luz.

Eres técnico de taller en la Facultad de BBAA de Altea, ¿qué es lo que no puede faltar en el taller personal de Rufete?

Ruido. El silencio me desconcentra, y aunque esté dibujando, la música me es imprescindible.

¿Después de “Handmade”, tu última exposición, qué viene?

Hacer una exposición individual siempre motiva, ves cómo las piezas interactúan entre ellas y aunque son creadas individualmente te das cuenta cómo funcionan en su conjunto.  En mente se encuentra realizar piezas nuevas, catalogar y actualizar web.

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MIL GRACIAS RUFETE!!!!!!!